Añejos instrumentos de placer
Una de las primeras cosas en registrarse con aquel invento llamado cinematógrafo fue, sin duda, el apareamiento humano. Baratísimo en producción, infalible en rentabilidad, el porno es el llamado a ser el veterano de los géneros. Su invocación a lo más imperativo de lo humano le aseguró una prospera sobrevivencia contra incontables perseguidores. Al iniciarse los 70´s, década que los críticos pornófilos recordarían como la edad dorada, apareció el documental “History of the blue movie” (1970) repasando el género desde sus expresiones prehistóricas hasta aquel momento, cuando hacia discreto ingreso en la sociedad diurna. Todavía lejana estaba su cibernética apoteosis.
De cierto modo, “History of the blue movie” de Alex de Renzy es el recuento de la noción de lo prohibido en la mente del espectador. La cuota de morbo de la platea daba sentido al “blue movie”, por lo tanto es una historia de pudores y fetiches desde el lado masculino del mundo. “Blue”, en USA, es el color de los chistes subidos de tono (los que nosotros llamaríamos “colorados”) y es precisamente de ese repertorio de humor susurrado de donde las primeras producciones pornográficas toman su formato y argumentos. Un buen ejemplo sería “A Free Ride”(1915), el primer corto del documental y quizá el material pornografico más antiguo que se conserva, donde un caballero convence a dos muchachas a ir de paseo al campo en su auto último modelo (para la epoca). Ya imaginarán lo que sucede, lo curioso es que el desencadenante de la excitación femenina es ver al tipo orinar. La moraleja es: en los lugares sin testigos “men are men” y “girls are girls”.
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De cierto modo, “History of the blue movie” de Alex de Renzy es el recuento de la noción de lo prohibido en la mente del espectador. La cuota de morbo de la platea daba sentido al “blue movie”, por lo tanto es una historia de pudores y fetiches desde el lado masculino del mundo. “Blue”, en USA, es el color de los chistes subidos de tono (los que nosotros llamaríamos “colorados”) y es precisamente de ese repertorio de humor susurrado de donde las primeras producciones pornográficas toman su formato y argumentos. Un buen ejemplo sería “A Free Ride”(1915), el primer corto del documental y quizá el material pornografico más antiguo que se conserva, donde un caballero convence a dos muchachas a ir de paseo al campo en su auto último modelo (para la epoca). Ya imaginarán lo que sucede, lo curioso es que el desencadenante de la excitación femenina es ver al tipo orinar. La moraleja es: en los lugares sin testigos “men are men” y “girls are girls”.
Estos cortos de humor grueso y sexo explicito, conocidos también como “stag films”, eran artículos de lujo, accesibles solamente a burgueses hedonistas y dueños de burdeles. Eran de producción clandestina y anónima, no había actor que se atreviera a exhibir su nombre real y a veces ni siquiera su rostro. Las actrices enmascaradas eran cosa frecuente y los directores renunciaban a la gloria ocultándose en sus seudónimos. “A Free Ride” está realizada por un tal “Will B. Hard”, por ejemplo. La mayor parte de este porno arcaico se ha perdido, pero gracias a la colección fílmica del Dr. Kinsey, “History of the blue movie” obtuvo sus referentes más lejanos.
Una de las piezas más extraordinarias de esta recopilación es el primer cartoon porno “Buried Treasure” (Tesoro Enterrado, 1929) de excelente factura para su época. Se presume que es obra de un equipo de animadores, principalmente Walter Lantz, creador de “El pájaro loco”, como regalo de cumpleaños para Winstor McCay, uno de los pioneros de la animación en el mundo. Qué conmovedor regalo debió haber sido, pues el corto es una delicia. Un hombrecillo, con un enorme pene con vida propia, divisa a lo lejos una mujer masturbándose. Utilizando sus tres piernas corre hacia ella para enterrar su "tesoro", pero el pene huye despavorido atenazado por un cangrejo (¡de hábitat vaginal!). El hombre recupera su miembro, cual gato asustado, pero nuevamente se meterá en problemas llamémosle contranaturales.
Una de las piezas más extraordinarias de esta recopilación es el primer cartoon porno “Buried Treasure” (Tesoro Enterrado, 1929) de excelente factura para su época. Se presume que es obra de un equipo de animadores, principalmente Walter Lantz, creador de “El pájaro loco”, como regalo de cumpleaños para Winstor McCay, uno de los pioneros de la animación en el mundo. Qué conmovedor regalo debió haber sido, pues el corto es una delicia. Un hombrecillo, con un enorme pene con vida propia, divisa a lo lejos una mujer masturbándose. Utilizando sus tres piernas corre hacia ella para enterrar su "tesoro", pero el pene huye despavorido atenazado por un cangrejo (¡de hábitat vaginal!). El hombre recupera su miembro, cual gato asustado, pero nuevamente se meterá en problemas llamémosle contranaturales.
En los cincuenta se popularizaron los cortos de strip tease, los “nudie films” y las máquinas tragamonedas que permitieron a tantos adolescentes la oportunidad de dar un vistazo fugaz a una mujer en ropa interior, o incluso desnuda si el vil metal se lo permitía. Que tortuosa frustración debía producir la aparición del cartel “insert one more coin” (inserta otra moneda) justo cuando por fin podía entreverse una teta o una nalga. Peor aún al descubrir que el fragmento siguiente sólo mostraba el rostro de la mujer haciendo muecas a la cámara.
Como documental, “History of the blue movie” puede ser acusada, con razón, de utilizar un formato mucho más exhibicionista que histórico, oportunismo que no era novedad a principios de los setenta. Por aquella época, algunas producciones pornográficas comenzaban a burlar la valla de la censura alegando su calidad de estudio científico, aunque con la virtud de producir erecciones. Alex de Renzy ya había debutado en el mundillo con otro documental excitatorio, “Pornography in Denmark” (1970), sobre los liberales daneses y su legalización pionera del porno. Su siguiente obra, “History of...”, tampoco ocultaba sus intenciones, aunque en este caso lo pintoresco de la mayor parte del material y los comentarios irónicos de un narrador dan al conjunto un sentido mucho más humorístico que excitante. Sin embargo, en tiempos remotos, el público los disfrutó con toda la picazón de lo prohibido, que daba más placer rascarse. Quizá por eso se respeta la extensión de las piezas recopiladas como invocando sus añejos poderes de placer.
“History of the blue movie” concluye el repaso con un corto del mismo Alex de Renzy para ilustrar el porno “actual”, inspirado en la liberación sexual y las atmósferas psicodélicas. Justo en ese momento se estaba iniciando el mejor periodo del género, los setenta traerían al porno sus primeros y único clásicos, como “Deep Throat” (1972), “Behind the green door” (1972), “The Devil in Miss Jones” (1973), “The Opening of Misty Beethoven” (1976) o “Pretty Peaches” (1978), esta última dirigida tambièn por Alex de Renzy. Pero décadas después la tecnología traería nuevos gustos y formatos. En la producción noventera de un anciano De Renzy, la palabra “anal” antecede casi todos los títulos.
Como documental, “History of the blue movie” puede ser acusada, con razón, de utilizar un formato mucho más exhibicionista que histórico, oportunismo que no era novedad a principios de los setenta. Por aquella época, algunas producciones pornográficas comenzaban a burlar la valla de la censura alegando su calidad de estudio científico, aunque con la virtud de producir erecciones. Alex de Renzy ya había debutado en el mundillo con otro documental excitatorio, “Pornography in Denmark” (1970), sobre los liberales daneses y su legalización pionera del porno. Su siguiente obra, “History of...”, tampoco ocultaba sus intenciones, aunque en este caso lo pintoresco de la mayor parte del material y los comentarios irónicos de un narrador dan al conjunto un sentido mucho más humorístico que excitante. Sin embargo, en tiempos remotos, el público los disfrutó con toda la picazón de lo prohibido, que daba más placer rascarse. Quizá por eso se respeta la extensión de las piezas recopiladas como invocando sus añejos poderes de placer.
“History of the blue movie” concluye el repaso con un corto del mismo Alex de Renzy para ilustrar el porno “actual”, inspirado en la liberación sexual y las atmósferas psicodélicas. Justo en ese momento se estaba iniciando el mejor periodo del género, los setenta traerían al porno sus primeros y único clásicos, como “Deep Throat” (1972), “Behind the green door” (1972), “The Devil in Miss Jones” (1973), “The Opening of Misty Beethoven” (1976) o “Pretty Peaches” (1978), esta última dirigida tambièn por Alex de Renzy. Pero décadas después la tecnología traería nuevos gustos y formatos. En la producción noventera de un anciano De Renzy, la palabra “anal” antecede casi todos los títulos.
Cómo conseguirla:
Disponible en el Emule
pero sin subtitulos en español.
Para descargar película: Enlace eD2k
¿Cómo funcionan? Consejos técnicos