Mostrando las entradas con la etiqueta Especiales de la Tetona. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Especiales de la Tetona. Mostrar todas las entradas

Radiografía del cine de culto

En sentido estricto, una película de culto puede ser cualquiera, solo necesita un espectador amante. Puede decirse, incluso, que el simple ejercicio de la cinefilia consiste en investir “culto” a las películas. Es difícil establecer límites a una condición otorgada por el infinito receptor. A diferencia de los géneros cinematográficos que se manifiestan a través de las cualidades que transfieren a sus descendencias, el “cine de culto” es una nebulosa que, desde que existe el cine, ha orbitado a los espectadores. Es decir, en el nacimiento de un “filme de culto”, la realización de la película es solamente un punto de partida, muchas veces tiros al aire de sus creadores, pero luego de años o décadas de fricción con los tiempos es como se le otorgará, o no, dicho estatus. Quizá todavía aguardan en el pasado, películas de futuro culto.

Fotograma de "Saló o las 120 jornadas de Sodoma" (1975)

Leer nota completa

La impura y la higiénica

El cine de Isabel Sarli y Armando Bó


Dicen que allá donde se intenta obstruir los placeres sensoriales, se goza mucho más con ellos. Nada es exquisito si antes no intentaron ocultártelo. Pero descuidado quien debía asegurarse que así fuera. En Argentina, una mañana un ventarrón hizo volar el brassier de la Censura y unas tetas generosas nadaron por una pantalla de cine. No se trataba de un enlatado procedente de algún país nórdico, era una hermosa mujer desnuda y nacional. Entonces el pueblo no permitió que se vuelva a vestir. Entrada bien la noche, reapareció muchas veces como “la tentación desnuda” o “desnuda en la arena”, siempre desnuda. En los boliches indecorosos, entre nubes de cigarrillo, se esperaba el próximo baño de la higiénica.

Leer nota completa

Los pasatiempos de la histeria

Cine norteamericano de Ciencia Ficción de los 50´s


Para una década histérica, pastillas contra el nerviosismo. “Salido de nuestras profundidades primordiales para destruir el mundo”, “¡Algo está sucediendo, envía hombres de Ciencia rápido!”, “Vea a la Tierra atacada por platillos voladores”, advertían las prescripciones de los afiches. En los cincuentas, el cine de Ciencia Ficción norteamericano fue el escaparate de las tensiones de una generación. Aquellos llamados en la fantasía “it” o “them”, criaturas inclasificables venidas de otro mundo, tenían nombre propio en la vida cotidiana bajo “comunistas” o “guerra nuclear”. Esta formidable retroalimentación entre el inconsciente colectivo y el cine, es lo que mantuvo fascinadas a las generaciones posteriores. La mayoría de estas películas eran pobres en presupuesto, confinadas a la Serie B y al espectador a veces distraído del drive-in, pero usualmente eran atrevidas en sus aspiraciones visuales: tres minutos de alienígenas atacando a un ejercito (o, al menos, a una muchacha) podían ser el plato fuerte. Cuando el género recibía la atención de estudios más holgados, la narración se esmeraba y el espectáculo visual marcaba precedentes. Salías del cine pensando que el mundo iba por un rumbo desconocido, algún día un hombre viajaría por el Espacio o la tecnología nuclear acabaría con la Tierra. Lo que sucediera primero.

Leer nota completa

Revelaciones de una máscara


A Julio Escalante, amigo y cinéfilo omnívoro.

Santo, el Enmascarado de Plata, quien fuera el único superhéroe latinoamericano de cobertura planetaria, vencedor de la estética y el bajo presupuesto, campeón del kitsch, catarsis dominguera y solución fornida contra las pesadillas. Un hombre que de tanto luchar contra el anonimato se convirtió en ídolo anónimo. Un rostro que necesitaba ocultarse para ser reconocido. Icono de la cultura de masas, película tras película, el Santo forjaría su mayor milagro: hacer que lo pésimo se vuelva clásico.

Leer nota completa

Marihuana y Cine




A Juana Nina

El cine siempre ha tenido una estrecha relación con lo prohibido. Desde su nacimiento, se ha empeñado en registrar lo inaccesible, lo disparejo y lo peligroso. Conjurando algún reclamo moral o entonando alguna propuesta estética, el tema de la droga y sus efectos ha hecho rodar los carretes infinidad de veces. Pero ya sea por la explotación sensacionalista o el esfuerzo de instruir, las drogas en el cine difícilmente han podido escapar de una representación que no concuerde con lo socialmente aceptado.

Leer nota completa

Billy Wilder, el infalible




El cine de Billy Wilder transpira su condición de clásico a cada minuto. A millones de espectadores, desde los años cincuenta, el nombre “Billy Wilder´s” les prometía un inolvidable film cada año. A cien de su nacimiento, su cine se ha convertido en uno de los cánones, el mejor expositor de toda una época de películas. Después de él ya no quedó dudas, si alguien las tuviera, que el guión lo era todo. Un éxito de taquilla está garantizado si logras una trama brillante y personajes únicos, así de fácil. El infalible Wilder ostenta entre su filmografía varios clásicos enormes de los que Hollywood nunca se cansa de estar orgulloso. Por eso, Fernando Trueba pudo llamarlo Dios y no sonó excesivo. Por el contrario muchos estuvieron de acuerdo.

Leer nota completa