Es un mounstro grande y pisa fuerte

Ni siquiera habían pasado diez años y el pueblo japonés volvió a correr por refugio. Lo que no fue aplastado por la bomba atómica, de seguro lo sería por la más misteriosa de sus consecuencias: un gigantesco reptil prehistórico, resucitado del subsuelo marino. La radioactividad traería de vuelta a una criatura de tiempos remotos para darle otra paliza a los sufridos japoneses. Pero esta vez las secuelas serían de lo más rentables. Inspirado por aquel clima de temor y recuerdos amargos, el film “Gojira”(1954) de Ishiro Honda respondería al mundo con el más temible de los mountros japoneses. ¿Lo reconocen? En su pasaporte occidental figura el nombre de Godzilla.

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