El hombre de barro


En una escena de “Bastardos sin gloria” (2009) de Quentin Tarantino, Adolf Hitler enfurece cuando le informan que varios de sus soldados fueron masacrados con un bate de beisbol por alguien apodado “el oso judío”. Y lo que es peor: entre la tropa, el miedo ha producido el rumor de que este asesino de nazis sería un Golem. La referencia a este ser mítico no es antojadiza. El pueblo alemán conocía bien la historia del Golem, incluso había protagonizado tres películas mudas. Hoy sólo la última sobrevive: “Der Golem: Wie er in die Welt Kam” (“El Golem o cómo vino al mundo”, 1919). Su director y protagonista, Paul Wegener, la dio a luz en tiempos en que el antisemitismo todavía no era oficial y se podía fantasear con mitología judía.

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