Radiografía del cine de culto

En sentido estricto, una película de culto puede ser cualquiera, solo necesita un espectador amante. Puede decirse, incluso, que el simple ejercicio de la cinefilia consiste en investir “culto” a las películas. Es difícil establecer límites a una condición otorgada por el infinito receptor. A diferencia de los géneros cinematográficos que se manifiestan a través de las cualidades que transfieren a sus descendencias, el “cine de culto” es una nebulosa que, desde que existe el cine, ha orbitado a los espectadores. Es decir, en el nacimiento de un “filme de culto”, la realización de la película es solamente un punto de partida, muchas veces tiros al aire de sus creadores, pero luego de años o décadas de fricción con los tiempos es como se le otorgará, o no, dicho estatus. Quizá todavía aguardan en el pasado, películas de futuro culto.

Fotograma de "Saló o las 120 jornadas de Sodoma" (1975)

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