Vello público

“El sexo que habla” pertenece a Joelle, una mujer parisina treintañera y preciosa, que repentinamente se siente impulsada a seguir a una muchacha en la calle, dar una sorpresiva felación a un compañero de trabajo e incluso masturbarse en medio de una reunión. Su esposo Eric enfurece al ver a su mujer tocarse frente a sus colegas y de vuelta a casa discute con ella. Pero la última palabra la tendrá la vagina de Joelle que rompe su silencio para insultar al marido. “Todas hablamos pero no tenemos necesidad de hacerlo hasta que nos encontramos a un imbécil como tú”, replica como toda explicación. Resulta que el deficiente desempeño de Eric es tan insatisfactorio para la Vagina que esta ha decidido tomar el poder y arrastrar a Joelle hacia los comportamientos más hedonistas. Eric contactará a una amiga psiconalista para pedir su opinión del fenómeno. Pero la Vagina abrirá sus velludos labios no para revelar un trauma sexual, sino para dar una orden: “aquí vamos a divertirnos los cuatro”. La psicoanalista y Eric son incitados a tener sexo para el disfrute de aquella vulva que es acariciada por su propietaria.

¿Por qué una película como “El Sexo que habla” despuntó entre sus congéneres? En primer lugar, eran los 70´s y, por otra parte, porque reúne magníficamente los encantos del “porno chic”. Frase inventada por un crítico para definir la popularidad masiva que encontraron algunas películas pornográficas por esa época, ya sea debido al escándalo, a las protagonistas, a las disparatadas tramas o simplemente por moda. La idea del “El sexo que habla” era perfecta para lograr una excelente difusión a través del “boca a boca”, en conversaciones de bar, en secundarias de varones, cuarteles, gimnasios, talleres mecánicos, etc. En cualquier lugar donde se congrege la tetosterona podía salir la buena nueva: “¿sabes que hay una película sobre una vagina que habla?”. La película aprovecha habilmente el imaginario de su época: la liberación femenina, el psicoanálisis, la represión burguesa y, por supuesto, la reinvindicación del placer sexual. Pero estamos hablando de porno, donde la seriedad no cabe en ningún agujero. Todos estos temas son filtrados por la sátira. No es una película feminista, no es antecesora de la militante “Monólogos de la vagina”, es más bien una parodia, un pretexto para explotar un estereotipo clásico del cine erótico: la mujer liberal, la descarriada, la que obecede ciegamente a sus bajas pasiones. Más que un film psicológico es un delirio fantástico. Como vimos, el científico termina siendo sometido por su objeto de estudio. La “vagina habladora” trasciende cualquier simbología para ser presentada simplemente como un órgano pensante y sublevado.

Solo me resta protestar, no contra algún aspecto de la película, sino contra sus fraudulentos doblistas españoles. En la versión hispana encontramos el imperdonable error de dar a la Vagina una voz de hombre (y encima con la labia de un parroquiano de taberna). Mi amigo Cristiam imaginó una explicación para este sabotaje: ¿Será que en la pacata España de aquellos años era preferible atenuar cualquier lectura subversiva y reducir la película a una extravagancia cómica?

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Cómo conseguirla:
Lamentablemente no se encuentran subtítulos
para esta película, pero están las dos versiones,
en buena calidad:
Para descargar película (versión francesa): Enlace eD2k
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¿Cómo funcionan los enlaces eD2k? Asuntos técnicos
9 comentarios:
Felicidades Derzu por otro gran articulo, estoy deseando sin duda que se me baje la película lo antes posible!
Gran película, original como pocas. Por cierto, respecto al comentario del doblaje decirle que en la España de la época era muy chungo que llegase el film, se debió doblar más tarde como tantas otras películas incomprendidas pero la explicación que le encuentro es que España es un país cazurro como pocos y además orgulloso de ello (sino no hay más que ver las traducciones que hacen de algunos títulos).
Un saludo.
Vaya esa si es que es una respuesta castiza.
Entendiendo "chungo" como "dificil" y "cazurro" como "grosero" o "tosco", ahí ya la idea se entiende. Si posiblemente "El Sexo que habla" no estuve en España en el año de su estreno, lástima que cuando fue fregaron el doblaje.
saludos
andres
Jesús Franco tiene una de los 80s en la que es el ojete el que habla. De hecho protesta por falta de atención ante su compañero de al lado.
Gran blog! Por cierto, el porno un acto de dulce perversión!
miedo me da...
interesante...
Agendada!! gracias!
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Thanks for sharing.
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