El plan perfecto: guerra de cerebros
Debo el hecho de haber visto esta película a una de esas raras ocasiones en que los amigos se ponen de acuerdo para ir al cine. En este caso fue más extraño porque, a pesar de haber ido acompañado, tuve que ver la película solo. En la elección del grupo resultó ganadora "La Fiesta del Chivo", que yo ya había visto. Entonces opté por "El plan perfecto" o "Inside man" (2005) como quien hace hora. No estaba muy convencido, pues el anterior "troncho" del director ("A Spike Lee Joint"), "She hates me" (2004) me había decepcionado y el trailer de "El plan perfecto" me olía a película por encargo.
A los cinco minutos me di cuenta que estaba completamente equivocado. Para comenzar "El plan perfecto" es una película muy entretenida, esto hace que todo comentario posterior sea pura retórica. Esta cinta dan fe a la cualidad de "hacernos-olvidar-de-todo" que a veces tiene el cine. ¿A quién no le gusta el suspenso? Pues bien, aquí el viejo Spike nos ofrece un caldo concentrado de suspense desde el arranque. Lo admirable es que, además, el director se sale con la suya: hace una cinta de género sin dejar de machacarnos con las cuatro ideas que ha tenido desde que tomó una cámara.
La película comienza cuando "el ladrón más cráneo del mundo" (Clive Owen) nos dice que tiene el plan perfecto para robar un banco y que lo escuchemos bien porque no lo explicará dos veces. Un minuto después: él y su banda ya tienen a todos los clientes y al personal del Banco de cara contra el suelo. Bien, lo que comienza aquí es un guerra de cerebros. Delincuentes, policías y otros interesados se meterán en el juego para demostrar quién es el más vivo. La primera gran idea: los delincuentes obligan a todos los rehenes a vestirse como ellos y liberan a unos cuantos. La policía, desconcertada, cree que son parte de la banda y se pasa la vida interrogándolos. Mientras tanto el dueño del Banco llama a Madeline (Jodie Foster), "la perra más astuta de la ciudad", para que rescate un trapito sucio oculto en la bobeda del Banco. Pero Keith (Denzel Washington), el detectivo a cargo del caso, no va dejar que ninguna mujer venga a mandonearlo y comienza a ponerse la pilas. Policías y ladrones se esfuerzan en demostrar de qué lado están las mejores neuronas. Negociaciones secretas, micrófonos ocultos, grabaciones engañosas, peticiones inverosímiles, todo vale para quedar como el smart guy. Y, lo más divertido, todo esto aderezado con el fino humor callejero de Spike Lee, ese ingenio que dejaría sin palabras a cualquier criollazo.
En el trancurso de la cinta, como diluyendo un jarabe en esta sopa de suspenso, Spike hace que nos traguemos algunas cucharadas de su mensaje político. New York no deja de ser esa mezcolanza racista, violenta e inescrupulosa. Una ciudad, como diría Vallejo, poblada de "lobos abrazados". Las zancadillas, las alianzas y los insultos que circulan entre los protagonistas son simplemente síntomas de su lucha diaria por quedarse con el pedazo de carne más grande. Peces grandes o peces pequeños, de mano negra o cuello blanco, cometen sus pecadillos para progresar. Y esto es lo que siempre ha tenido tan asado a Spike.
Al final de ambas funciones me encontré con mis amigos. A ellos también les había gustado su película. Comentarios, comparaciones y ponderaciones en el camino al lugar donde nos llenaríamos el estómago. Nos gusta tanto el cine y después bienvenida sea la mayonesa.
A los cinco minutos me di cuenta que estaba completamente equivocado. Para comenzar "El plan perfecto" es una película muy entretenida, esto hace que todo comentario posterior sea pura retórica. Esta cinta dan fe a la cualidad de "hacernos-olvidar-de-todo" que a veces tiene el cine. ¿A quién no le gusta el suspenso? Pues bien, aquí el viejo Spike nos ofrece un caldo concentrado de suspense desde el arranque. Lo admirable es que, además, el director se sale con la suya: hace una cinta de género sin dejar de machacarnos con las cuatro ideas que ha tenido desde que tomó una cámara.
La película comienza cuando "el ladrón más cráneo del mundo" (Clive Owen) nos dice que tiene el plan perfecto para robar un banco y que lo escuchemos bien porque no lo explicará dos veces. Un minuto después: él y su banda ya tienen a todos los clientes y al personal del Banco de cara contra el suelo. Bien, lo que comienza aquí es un guerra de cerebros. Delincuentes, policías y otros interesados se meterán en el juego para demostrar quién es el más vivo. La primera gran idea: los delincuentes obligan a todos los rehenes a vestirse como ellos y liberan a unos cuantos. La policía, desconcertada, cree que son parte de la banda y se pasa la vida interrogándolos. Mientras tanto el dueño del Banco llama a Madeline (Jodie Foster), "la perra más astuta de la ciudad", para que rescate un trapito sucio oculto en la bobeda del Banco. Pero Keith (Denzel Washington), el detectivo a cargo del caso, no va dejar que ninguna mujer venga a mandonearlo y comienza a ponerse la pilas. Policías y ladrones se esfuerzan en demostrar de qué lado están las mejores neuronas. Negociaciones secretas, micrófonos ocultos, grabaciones engañosas, peticiones inverosímiles, todo vale para quedar como el smart guy. Y, lo más divertido, todo esto aderezado con el fino humor callejero de Spike Lee, ese ingenio que dejaría sin palabras a cualquier criollazo.
En el trancurso de la cinta, como diluyendo un jarabe en esta sopa de suspenso, Spike hace que nos traguemos algunas cucharadas de su mensaje político. New York no deja de ser esa mezcolanza racista, violenta e inescrupulosa. Una ciudad, como diría Vallejo, poblada de "lobos abrazados". Las zancadillas, las alianzas y los insultos que circulan entre los protagonistas son simplemente síntomas de su lucha diaria por quedarse con el pedazo de carne más grande. Peces grandes o peces pequeños, de mano negra o cuello blanco, cometen sus pecadillos para progresar. Y esto es lo que siempre ha tenido tan asado a Spike.
Al final de ambas funciones me encontré con mis amigos. A ellos también les había gustado su película. Comentarios, comparaciones y ponderaciones en el camino al lugar donde nos llenaríamos el estómago. Nos gusta tanto el cine y después bienvenida sea la mayonesa.
5 comentarios:
Chevere Andres, cada vez le vas metiendo mas de tu persona al post... mostro!!!!!!!! ... buena critica, me has motivado a ver la pelicula... saludos...
Yo intenté ver esta peli en un bus interprovincial unas semana antes de su estreno en Lima.
No logré terminar de verla por una sería de razones, la incomodidad de ver una peli en una tele de 14" colgada sobre mi cabeza, la copia del video era tan mala que los subtítulos no sincronizaban con el audio (qué puedo esperar de un DVD pirata), etc, etc.
Pero bueno, el asunto es que vi algo de la peli y lo que vi me pareció interesante. Ahora que leo tu crítica trataré de verla antes de salga de cartelera. ¡¡Buen trabajo!!
Es como tu dices: entretenida. Pero no me animaría a llamarla "de género". Pues de ello tiene más el tema del robo que la propia estructura y carácter. Me reí, sí, un fino humor. Varios vacío de coherencia argumental me quedaron sueltos, pero también como acertadamente lo dices, hablar de ello sería pura retórica en este film de entretenimiento, porque la verdad es que entretiene bastante, y lo malo, es que sólo hace eso.
Un abrazo.
Bueno, donde están los límites de un género? “El plan perfecto” puede ser considerado de género y, al mismo tiempo, no serlo, de acuerdo a qué tan estrictas sean nuestras definiciones. Yo creo que no sólo entretiene y quizá lo bueno sea eso. Por ahí están metidas algunas reflexiones verdaderas, aunque ya conocidas, es bueno recordarlas.
aver señores buena si lo es... entretiene talvez abria dilema con el genero pero vaya manera de atraparte por que no cualquiera llena una cabeza de ideas la manera en que mezclan la inteligencia y no usan la logica es buena, y mejor aun para mi punto de vista me encanto, actuaciones buenisimas sin exageraciones talvez eso es lo que hace dudar, no hay mucho enfasis en exagerar porque asi debe ser la pelicula relax a mi me encanto la verdad e insisto que manera de dominar cabezas
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