Cinema Mentiré

Gracias al cine, la mayoría de gente supo que este planeta alguna vez estuvo poblado por reptiles gigantescos. Aquellos fósiles de los museos se hubieran demorado millones de años en provocar aquella fascinación general por los monstruos del pasado. El primer encuentro entre ojos humanos y un triceratops data de los comienzos del cine. Antes de “Jurassic Park” (1993) y sus paleontólogos del ADN, la morada de estas criaturas ahora imposibles debía estar en algún confín del mundo, aislado del tiempo de los homo sapiens. Tal vez aquel lugar podía estar próximo a algún pueblito del desierto de México, habitado por vaqueros angloparlantes diestros con el lazo y niños que hacen cualquier trabajo por un peso, como ocurre en “The Valley of Gwangi” (1969). La película de dinosaurios de Ray Harryhausen con formato de western.

“The Valley of Gwangi” era un viejo proyecto de Willis O'Brien, pionero de la animación stop-motion. O'Brien fue el primero en dar vida cinematográfica a un dinosaurio en “The Dinosaur and the Missing Link: A Prehistoric Tragedy” (1915), otro de los tantos cortos producidos por Thomas Edison para seguir sacando jugo económico a su invento. O'Brien se ocupó también, único en su oficio, de reunir humanos y animales prehistóricos en el largometraje “The lost world” (1925). Pero su mayor gloria la obtuvo con “King Kong” (1933) que prácticamente inventó la categoría de Efectos Especiales en Hollywood. Tiempo después su actividad decrece drásticamente, dejando inconclusos proyectos diversos como “Creation”, una ilustración del surgimiento de la vida, y “The Valley of the Mist” acerca de cowboys que encuentran un T-Rex en el Gran Cañón, lo capturan y lo convierten en atracción de circo. Su discípulo, Ray Harryhausen, se convirtió en el mago indiscutible del stop-motion hasta principios de los 80. Antes que llegara la oportunidad de hacer realidad el proyecto de su maestro, Harryhausen recreó para el celuloide ataques de platillos voladores, bestias de la mitología griega, criaturas de Venus, esqueletos espadachines y monstruos submarinos. Sin embargo, el film rebautizado como “The Valley of Gwangi” fue un fracaso de público. Por un lado, el fin de la década del 60 no era el mejor momento para venir a sorprender con fieras de la Prehistoria, mucha de la atención estaba puesta en los rapaces contemporáneos que asolaban Vietnam. Además era evidente que la producción de “The Valley of Gwangi” estaba motivada por el éxito de “One Million Years B.C.” (1967), también obra de Ray Harryhausen, pero sin la persuasión de Raquel Welch, irresistible en su bikini a la moda cavernícola. Un ordinario allosaurus ya no era suficiente.

Ha sido una sorpresa descubrir que “The Valley of Gwangi” es una remota película que vi en mi infancia por televisión algún domingo en la mañana. Lo supe apenas apareció el eohippus, un antiquísimo caballo miniatura, cuya captura desencadena la simple trama: una mezcla de “King Kong” y “The lost world”, escenificada en un México hollywoodense con rancheros y gitanos. Tenemos a una bella cowgirl cuyo negocio de rodeo tiene como mayor atracción su acto de lanzarse, montada a caballo, a un pozo desde el trampolín. El hallazgo del eohippus no podía ser más propicio para el show. Piensa en exhibir al caballo diminuto sobre su par contemporáneo. Tenemos también al galancete de su ex novio, Tuck, que la dejó para probar suerte y ahora regresa. Participa además el infaltable científico de turno, esta vez el paleontólogo Bromley que siempre lleva consigo un fósil con pisadas del eohippus. Completan el elenco unos vaqueros, dispuestos para la acción y eventualmente para ser alimento de dinosaurios, y una gitana tuerta que advierte que si la criatura no es devuelta al “valle prohibido”, grandes desgracias… Desde luego nadie la escucha y todos son llevados por su ambición hacia el extraordinario paraje donde será encantador oír a Bromley decir maravillado: “¡Caramba! Un styracosaurus”. La estrella del show pronto aparece en escena: Gwangi, un tiranosaurio que es el león de este valle.

Además de dar movimiento cuadro por cuadro a sus muñecos de arcilla, la otra mitad del trabajo de Harryhausen era intentar convencernos que estos interactuaban con los actores humanos. Sus películas se valían de “trucos de magia” que bregaban por sostener la ilusión. “The Valley of Gwangi” se centra ampliamente en este ejercicio. Un reptil volador captura a un niño y, mejor aún, los vaqueros intentan atrapar a Gwangi enlazándolo por el cuello. El forcejeo parece resultar pero entra en escena un triceratops a buscar pelea. No en vano Gwangi es un T-Rex, el dinosaurio de mayor popularidad gracias al cine, así que está para ganar. Sólo una vez el T-Rex ha mordido el polvo con la mandíbula fracturada, la vez que enfrentó a King Kong. Aunque se dice que la pelea fue arreglada ya que sólo así el público sentiría algún respeto por el gorila. En “The Valley of Gwangi”, en cambio, vemos al T-Rex totalmente a sus anchas, paseándose por una plaza de toros y dentro de una catedral.



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10 comentarios:

Ariel Luque dijo...

Es mi primera vez en este blog, asi que mis felicitaciones por este blog tan cinéfilo, que ronda entre lo serio y lo cómico. Cuándo quieran están invitados al mío. Un abrazo

Ariel.

nn dijo...

Willis O'Brien es un grande del stop-motion, sus efectos especiales ayudaron visualizar las fantasias de los directores de cine...!!!

Te he añadido a mis links amigos...!!!

Sebastián dijo...

excelente el tema... muy interesante y al parecer también el blog. saludos

Anónimo dijo...

Hola amigo. Has sido galardonado con el Premio al esfuerzo personal. Pasa a recoger el galardón por mi blog.
Saludos
http://pornogafapasta.blogspot.com/2008/08/premio-al-esfuerzo-personal.html
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P.D. A mi me encantaron los dinosaurios de "Caveman", de Ringo Starr. jajaj. Saludos

Rey Nova dijo...

Pues si, hace tiempo la pusieron tambien muchas tardes por la tv. A Harryhausen y a Willis Obrien el cine les debe mucho.

M.I. dijo...

Me alegro de conocer este blog.
Saludos desde España.

M.I. dijo...

Me alegro de haber llegado hasta este blog.
Saludos desde Espa�a.

Fiorella Valera dijo...

tu blog esta super bueno, y quisiera saber si te gustaria intercambiar enlces, me avisas si te animas, mi blog es.
http://cinesmas.blogspot.com

Anónimo dijo...

Tengo muchos recuerdos de esta pelicula, la vi de pequeño y que fascinado por ese dinosaurio a pesar de ser ya finales de los 80. Por cierto se grabó aqui en España, la catedral esa es la de Cuenca. Un saludo.

Margot dijo...

Vimos "4 meses, 3 semanas y 2 días" y nos pareció súper interesante, aunque la primera parte casi caigo en desesperación por la lentitud.
Sí, fue toda una sorpresa para mi también conocerte en esas condiciones. La noche del cine fue la última en Lima antes de un viaje que culminó hace unos días. Por ello mi respuesta va con demora.

Tu blog está buenísimo como siempre, espero algún día saber el porque de la imagen del Bosco :)

Llegaste a ver Dioses?

Saludos

Clara María