Un muerto que no para de nacer

Ni el Ku Klux Klan, ni los nazis habían sido tan estimulantes como los comunistas para el Comité de Actividades Anti – Americanas. Rastreando influjos ideológicos peligrosos a través de Estados Unidos, se dieron una vuelta por los estudios de Hollywood. La difamación y el soplonaje dieron al cine estadounidense sus años más infames. En 1947 fue posible que un guionista o un director vayan a la cárcel por tomarse muy en serio la libertad de pensamiento. Herbert Biberman, director, no desmintió que su opción política se inclinaba a la izquierda, y pasó meses en prisión. Como él, cientos de trabajadores del cine cayeron en desgracia, excluidos por decreto de todo listado de créditos. Michael Wilson, guionista, y Paul Jarrico, productor, fueron otros dos nombres en la larga lista de talentos en cuarentena. Fue así que, irremediablemente desempleados, y en lugar de optar por el arrepentimiento, estos tres hombres se juntaron para cometer el crimen por el que ya habían sido castigados. Entonces dieron al cine norteamericano su única película marxista: “Salt of the Earth” (La sal de la tierra, 1954).

Toda gran película es obra de valientes. “La sal de la tierra” fue un film cuya independencia cruzó la línea de lo clandestino. Ningún otro proyecto saltaría tantas vallas. Fue perseguida ferozmente incluso antes de que se comenzara a rodar. Un relato con este aliento ideológico no podía seguir imprimiéndose en celuloide y en territorio americano.

Biberman y Jarrico planeaban filmar en Nuevo México, con la ahora minoría hispana como actores, una representación de una victoriosa huelga de mineros ocurrida en 1952. Paul Jarrico, que había sido comunista desde niño porque su papá era ruso y que había co-escrito una película pro-soviética (“Song of Russia”, 1943) hecha a pedido del Presidente Roosevelt para congraciarse con sus aliados de la II Guerra, había oído la historia de esta huelga en unas vacaciones por Nuevo México y quedó maravillado con ella. Pero como ahora los soviéticos eran los enemigos en cartel, Jarrico era un productor a quien no se podía permitir ninguna productividad. Herbert Biberman, por su parte, era un comunista fervoroso, paciente, que gustaba de hacer prédica política a compañeros de prisión y personal de seguridad. Había dirigido tres películas y escrito otras tantas, todas ellas hoy olvidadas, y al parecer tampoco prestigiosas en su momento tal es que nadie en Hollywood extrañó mucho a Biberman cuando lo pusieron en la Lista Negra. Al salir de prisión, se unió con Jarrico y otros colegas despedidos por las mismas razones, para formar Independent Productions Corporation, una fuente de empleo para sus talentos invendibles, pero sobre todo un acto de gran atrevimiento, una conspiración de blacklistees a plena luz del día. “Salt of the Earth” sería la película que realizarían.

Si mucho antes el maestro soviético Eisenstein había celebrado al sindicato proletario en “Stachka” (1924), ahora los rojos americanos contarían la huelga de la Union of Mine, Mill, and Smelter Workers en Nuevo México. Para la preparación del guión llamaron a Michael Wilson, un escritor de primer nivel, exiliado de Hollywood, que ya por entonces tenía que conformarse con no aparecer en los créditos de “A Place in the Sun” (1951), “Friendly Persuasion” (1956), “The Bridge on the River Kwai” (1957) o “Lawrence of Arabia” (1962). Wilson aceptó y viajó al lugar de los hechos, asistió a reuniones de la Unión, habló con los trabajadores y sus esposas. Se enteró que entre lo sufrido durante la huelga de ocho meses estuvo el arresto de 45 mujeres con sus niños, disparos a la multitud, el acoso constante de matones y la imposición de leyes matonescas. Wilson armó un guión que fue sometido a la consulta de la Unión. Mientras tanto, Jarrico ensamblaba un equipo técnico para emprender la batalla de este rodaje. Entre quienes lo siguieron estaban más artistas vetados y novatos deseosos de aventura. Para formar el elenco viajaron al pueblo de Silver City, New Mexico. Las comunidades de origen mexicano que contactaron no podían creer que fueran lo suficientemente interesantes como para que vengan a hacerles un casting. Todos los roles secundarios, más de cien, salieron de allí: mineros y sus esposas representándose a sí mismos. Para personificar a la pareja protagonista, un líder de la Union y su combativa esposa, Biberman tenía planeado dar el papel a su mujer, actriz blackliste, y enrolar a algún actor cuyo rostro no se dejaba ver en la industria. Pero comprendieron que no sería creíble tener a dos anglos urbanos en representación de una familia minera, más cerca de México que de la nación a la que supuestamente pertenecía. Entonces dieron con Rosaura Revueltas, una actriz mexicana que desde el apellido parecía dispuesta para la subversión. Pero el protagónico masculino aún no tenía actor y no lo tuvo hasta el último momento. Probaron muchas opciones, y por impaciencia finalmente eligieron a Juan Chacón, presidente de la Unión sin experiencia actoral y poco parecido a lo que Biberman imaginaba debía ser un mexicano machista y rudo. Sin embargo, el bajo y tímido Chacón calzó perfectamente en los zapatos del personaje.

“Cómo contar una historia que no tiene principio”, se pregunta Esperanza Quintero (Revueltas) al inicio de “Salt of the Earth”. La discriminación y la pobreza es la constante en Zinc Town, un pueblo de mineros, sin mayor interés para los blancos que la mano de obra barata de sus habitantes. A diferencia de los mineros anglos, los mexican-american reciben menos sueldo y sus casas no cuentan con servicios sanitarios. Su esposo Ramón Quintero, como sus compañeros en la Unión, están hartos con la situación. Así que en acuerdo general se declaran en huelga. Las protestas se dan a diario en medio del desierto que rodea la mina. Con gran espíritu comunitario resisten durante meses a los rompehuelgas a sueldo, las amenazas del Sheriff, el hambre y los rumores de que la empresa prescindirá de ellos. Pero en Washington DC, se aprueba una ley contra los sindicatos que prohíbe las protestas de obreros (Taft–Hartley Act). La Unión se encuentra contra la pared: si continúan con sus acciones irán a prisión. Esperanza Quintero les demuestra que la ley no impide que las esposas sustituyan a los obreros en las manifestaciones. Fuertes contradicciones sacuden la Unión. Algunos se oponen, encabezados por Ramón, a dejar en manos de las mujeres el éxito de la huelga. A pesar de ellos, la mayoría decide que ellas saldrán a protestar, mientras los hombres se ocupan de lo domestico en sus casas. Para los Quintero comenzará una revolución interna. Esperanza debe lidiar con la desaprobación de su esposo, absolutamente disgustado con soportar que su mujer levante pancartas y cánticos, arriesgando su vida, en lugar de continuar en su sitio a cargo de sus tres hijos. Pero ella prevalecerá en su pasión por recobrar la dignidad, para ella doblemente pisoteada.

Realizar una insensatez como “Salt of the Earth” sería tan espinoso como el hecho que pretende retratar. Poco tiempo después de comenzar, Biberman reunió a los mineros y a sus esposas en un teatro de Silver City para mostrarles el primer material rodado. Inmediatamente la prensa local informó que en el pueblo se cocinaba un film comandado desde Moscú. Desde entonces no la perdieron de vista, se dijo que alentaba los odios raciales, que pintaba a Estados Unidos como el enemigo de toda la gente de color, que blasfemaba contra el capitalismo, que la cercanía de su rodaje al centro de investigación atómica de Los Alamos demostraba que era una película-espía al servicio de Rusia. Desde entonces, el poder pondría en la gestación de “Salt of the Earth” tantos obstáculos como pudo. La extrema derecha llamó a un boicot nacional contra el film. Inmediatamente los laboratorios Pathé se negaron a seguir revelando las indeseables latas que Biberman les traía diariamente. Así que en adelante el equipo tenía que avanzar “a ciegas”. El rodaje prosiguió a pesar de la presencia amenazante de matones con rifles, que a veces disparaban al set, y el fastidio de un aeroplano que volaba sobre sus cabezas cada cierto tiempo. De repente la oficina de Inmigraciones se mostró muy preocupada por el pasaporte de Rosaura Revueltas, le retiraron la visa y la enviaron de vuelta a México. Biberman aún necesitaba de ella varios primeros planos y su narración en off. Un equipo viajó para hacer el trabajo en estudios clandestinos y el material fue enviado a cruzar la frontera como contrabando. Mientras tanto en Silver City, la intimidación se agudizaba. Les enviaron emisarios con el ultimátum: “si no se van mañana al amanecer, lo harán en cajas negras”. Tuvo que intervenir la policía para impedir que este rodaje devenga en linchamiento. Milagrosamente el equipo culminó las escenas.

La película aún estaba lejos de completarse. Ahora debían enfrentarse al delicado trabajo de post-producción y a nuevas adversidades. Se trasladaron a Los Angeles y después de tocar muchas puertas, al fin dieron con un laboratorio con las agallas necesarias para procesar el material. Luego reclutaron a un editor dispuesto a mancharse las manos, lo instalaron en una cabaña a merced del calor, pero tuvieron que despedirlo debido a su falta de experiencia. En total “Salt of the Earth” pasó por cuatro editores que trabajaron jornadas extenuantes en estudios improvisados, por ejemplo, en el baño de mujeres de un teatro abandonado. Incluso uno de los editores resultó ser un informante del FBI. Para inicios de 1954, “Salt of the Earth” por fin estaba terminada, pero ninguna sala la quería en sus marquesinas. El sindicato de proyeccionistas fue presionado para que ninguno de sus miembros se atreva a tocar aquellas latas. Pero como en todo lo demás, también sería una sala con ánimo outsider la que haría posible el estreno de “Salt of the Earth” en el Grande Theater de New York. Triunfante, una vez estrenada tuvo de su parte más defensores. Algunos críticos de prestigio no podían evitar elogiar, aunque con mesura, el tremendo poder de la historia cuyos tintes ideológicos no perjudicaban para nada. Los críticos oficiales, continuando con lo dispuesto, la vieran o no, la desdeñaron por considerarla un documento de propaganda política (lo que también era). “Salt of the Earth” tuvo una exhibición y recaudación bastante modesta en su país, aunque mejor de lo esperado. En cambio, en Francia la amaron y la adobaron con laureles. En México, Revueltas se convirtió en la estrella del momento. En Estados Unidos, sólo una década después, “Salt of the Earth” renacería para generaciones de mentes más amplias.

Han pasado más de cincuenta años. ¿Es posible que ahora “Salt of the Earth” nos sorprenda aparte de su desafío a la autoridad y el coraje pionero de su independencia? “Eso es todo”, pensé luego de los primeros diez minutos. Los personajes me parecían dibujados por el mismo trazo grueso e idealizado que escribe panfletos. Sentí que, a pesar de sus intenciones, los realizadores tropezaban con el cliché de mostrar a los protagonistas fervorosos en lo religioso y estoicos en el sufrimiento. Pero toda opinión apresurada suele equivocarse. Pronto los personajes crecían en su determinación. Dejó de ser una parábola ideológica para convertirse en un relato con pulso propio. Pero lo mejor del film no es la contradicción entre los huelguistas y sus patrones, sino las tensiones entre aquellos y sus esposas. En los 50´s, en las grandes pantallas era obligatorio que las mujeres tuvieran entre sus virtudes la belleza, la fidelidad, la cortedad intelectual y el espíritu hogareño. Esta película es absolutamente revolucionaria en ese aspecto: mujeres de “minorías”, pobres, de piel oscura, reclamando la dignidad que incluso estaba negada a sus esposos. Todavía hoy algunas palabras dichas por Esperanza pueden causar incomodidad: “¿Te sientes mejor si hay alguien inferior a ti?”. “Salt of the Earth” no es una película “comunista”, en el sentido de instrumento de apología, sino en la práctica, con el proletariado como protagonista y el espectador persuadido por su causa. No es fácil resistirse al gran optimismo y el coraje de “Salt of the Earth”. Es un muerto que no para de nacer.


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Se encuentra en el Emule
en buena calidad, incluye subtitulos en español

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6 comentarios:

8soviet8 dijo...

Enhorabuena Andres, Te concedo el premio symbelmine

Anónimo dijo...

que punto..

Anónimo dijo...

hola andres querido paso a preguntar, acerca del titulo de una pelicula de terror que la vi a color por un canal de aca de argentina que se llama "retro" capaz que no esta solo aca,la vi el año pasado pero no le termine de ver por que me daba miedo que puto verdad?, bueno el alma de esta pelicula era un engendro o mutante, o vaya a saber uno que era realmente, de dos cabezas, una de las cuales era como de un hombre negro o moreno donde al verlo te corria ese miedo que deben sentir las personas antes de ser violadas la verdad era espantoso.
quisiera saber si con la muy poca data que te doy vos podes deducir de que pelicula se trata
por favor si lo sabes el ultimo decimelo

esta es las pagina a donde podes contestar:
http://putremorpodeses.blogspot.com/

a tambien ai una pelicula que la vi una sola vez me acuerdo pero que me gusto mucho la trama es acerca de un chico que va de vacaciones o vivir no me acuerdo bien, con tres tias, una de ellas no hablaba devido a que cuando era chica, si mas no lo recuerdo, habia visto las acciones del kkk la pelicula la vi como en el nombre de "recuerdos prohibidos" pero me canse de buscarla y no encuentro nada.

desde ya gracias por tener este maravillos blog y espero tu respuesta

saludos desde argentina

Gustavo Ochoa Morán dijo...

Hola, Andrés. Tal vez no me recuerdes pero nos vimos durante las proyecciones de Ciencia Ficción. Como veo que eres muy bueno en esto de las bitácoras y las pelis online, quería que me ayudes con una película en particular que no logro visualizar por diversos motivos (que desconozco) y que necesito ver porque si no voy a destruir mi pc. Ojalá que puedas ayudarme, que esta peli la estuve buscando durante tiempo y la encontré hace poco. Muchas gracias y hasta luego.

Saludotes.

Anónimo dijo...

gracias por la peli!

Mr. Soames dijo...

Esta película es sorprendente, yo no la he visto completa, apenas un fragmento, pero si estaba al tanto de la historia detrás de su realización pues asistí a una conferencia al respecto en estudios de cine de género, el recuerdo de los fragmentos que vimos en ese entonces es el de una cinta realmente conmovedora. Gracias por el post!