¡Reviéntame el ojo!
Esta mujer, poco antes ofrecida al público en toda su desnudez, está por ser sacrificada para el éxtasis gore. ¿Qué puede ser más horrible que perder los ojos en el cine? Hordas de amantes del cine clamaron: “dale a mis ojos, repulsión.¡Hazlos explotar!” Un director bañó de sangre sus globos oculares y se convirtieron en sus adoradores. El desmesurado Lucio Fulci inició su fama robando el título de una película exitosa y embaucando al publico con una falsa secuela, “Zombi 2” (1979). Pero nadie reclamó devolución de la entrada.
Lucio Fulci era un director italiano, cansado de las comedias y golpeado por la vida, que decidió explorar su vena más sádica y con ello ganar el dinero que sea posible. Dio señales de alarma con su primer spagueti western, “Le colt cantarono la morte e fu: Tempo Di Massacro” (Tiempo de masacre, 1966) donde las balas no impedían que la muerte fuese un asunto gráficamente detallado. Su imaginario de acuchillamientos, violaciones y mutilaciones se encontró más a gusto con el giallo, para el que realizó obras que excedían lo usual en este subgénero italiano de horror, como: “Non si Sevizia a un Paperino” (No torturen al patito, 1972). En 1979, en vista del enorme éxito de “Dawn of the dead” (1978), conocida en Italia como “Zombi”, productores del explotation italiano decidieron utilizar el título para promocionar su propia película de zombies. Pero con Fulci a la cabeza, en lugar de caer en el descarado remedo, “Zombi 2” resultó ser, a mérito propio, otra obra cumbre del gore. A principios de los ochentas, Lucio Fulci reuniría gran cantidad de admiradores con películas como “Paura nella Citta dei Morti Viventi” (Pánico en la ciudad de los muertos vivientes, 1980) o “L'Aldila” (El más allá, 1981) que convencerían a la platea que el ser humano no es más que carne, tripas y sangre. Apasionados opositores tampoco se harían esperar. Escandalizados por sus delirios cinematográficos, un sector de la sociedad compararía el cine de Fulci con un basurero de repugnancias. En los siguientes años, el director llevará una carrera errática con aislados éxitos entre varias producciones negligentes, pero cada cual más lejos en la búsqueda de mayor crueldad visual. Su obsesión con lo sórdido quizá se deba a una vida de amarguras: el suicidio de su primera esposa, aprietos económicos y salud siempre precaria. Aunque pensándolo bien, tampoco son sufrimientos de otro mundo. Más de una vez, Fulci confesaría que mucha sangre se derramó con el único fin de cobrar un cheque. En 1996, Lucio Fulci murió al olvidar inyectarse su dosis de insulina. Suicidio, suponen algunos.
Lucio Fulci era un director italiano, cansado de las comedias y golpeado por la vida, que decidió explorar su vena más sádica y con ello ganar el dinero que sea posible. Dio señales de alarma con su primer spagueti western, “Le colt cantarono la morte e fu: Tempo Di Massacro” (Tiempo de masacre, 1966) donde las balas no impedían que la muerte fuese un asunto gráficamente detallado. Su imaginario de acuchillamientos, violaciones y mutilaciones se encontró más a gusto con el giallo, para el que realizó obras que excedían lo usual en este subgénero italiano de horror, como: “Non si Sevizia a un Paperino” (No torturen al patito, 1972). En 1979, en vista del enorme éxito de “Dawn of the dead” (1978), conocida en Italia como “Zombi”, productores del explotation italiano decidieron utilizar el título para promocionar su propia película de zombies. Pero con Fulci a la cabeza, en lugar de caer en el descarado remedo, “Zombi 2” resultó ser, a mérito propio, otra obra cumbre del gore. A principios de los ochentas, Lucio Fulci reuniría gran cantidad de admiradores con películas como “Paura nella Citta dei Morti Viventi” (Pánico en la ciudad de los muertos vivientes, 1980) o “L'Aldila” (El más allá, 1981) que convencerían a la platea que el ser humano no es más que carne, tripas y sangre. Apasionados opositores tampoco se harían esperar. Escandalizados por sus delirios cinematográficos, un sector de la sociedad compararía el cine de Fulci con un basurero de repugnancias. En los siguientes años, el director llevará una carrera errática con aislados éxitos entre varias producciones negligentes, pero cada cual más lejos en la búsqueda de mayor crueldad visual. Su obsesión con lo sórdido quizá se deba a una vida de amarguras: el suicidio de su primera esposa, aprietos económicos y salud siempre precaria. Aunque pensándolo bien, tampoco son sufrimientos de otro mundo. Más de una vez, Fulci confesaría que mucha sangre se derramó con el único fin de cobrar un cheque. En 1996, Lucio Fulci murió al olvidar inyectarse su dosis de insulina. Suicidio, suponen algunos.
En lugar de imitar a quién supuestamente precede, “Dawn of the dead”, el argumento de “Zombi 2” se inspira más en las primeras películas sobre el tema como “White Zombie” (1932) y “I Walked with a Zombie” (1943). Como en aquellas, la acción transcurre principalmente en una isla del Caribe, de preferencia Haití. Los hechizos vudú de los nativos serían la causa por la cual los muertos se reaniman con apetito caníbal. La ciencia del hombre blanco es incapaz de explicar este prodigio. Desgraciadamente, tampoco tendrían mucho tiempo para investigaciones, pues rápidamente los exploradores-científicos-aventureros terminarán mordisqueados por los zombies locales.
En “Zombi 2”, en la isla Matool, el Dr. Menard es un científico que vive obsesionado con explicar por qué los muertos resucitan y con ese pésimo ánimo. Todos los pacientes que fallecen en su pobre hospital deben recibir un tiro en el cráneo para asegurar su viaje sin retorno. Mientras tanto, en Nueva York, el velero del Dr. Menard navega abandonado cerca a la costa. En la inspección un agente muere violentamente y un zombie intenta introducirse ilegalmente. La hija del científico (interpretada por Tisa Farrow, la hermana de Mía, ¡es igualita!) y un periodista parten en busca del doctor. Aquí podemos relajarnos y olvidar la trama pues la pareja llega a Matool cuando la situación ya es inenarrable. La población de zombies se esmera en dar la bienvenida a los recién llegados. Gracias a mejores efectos especiales, los muertos de “Zombi 2” superan a los de “Dawn of the dead” en furia carnicera. Putrefactos, agusanados y emergiendo de la tierra, en “Zombi 2” tenemos muertos de antología, quizá entre los más terroríficos del cine. Aunque muchos de ellos, inevitable ajuste del presupuesto, son extras de cara blanca y pintura roja derramándose de sus bocas.
En “Zombi 2”, en la isla Matool, el Dr. Menard es un científico que vive obsesionado con explicar por qué los muertos resucitan y con ese pésimo ánimo. Todos los pacientes que fallecen en su pobre hospital deben recibir un tiro en el cráneo para asegurar su viaje sin retorno. Mientras tanto, en Nueva York, el velero del Dr. Menard navega abandonado cerca a la costa. En la inspección un agente muere violentamente y un zombie intenta introducirse ilegalmente. La hija del científico (interpretada por Tisa Farrow, la hermana de Mía, ¡es igualita!) y un periodista parten en busca del doctor. Aquí podemos relajarnos y olvidar la trama pues la pareja llega a Matool cuando la situación ya es inenarrable. La población de zombies se esmera en dar la bienvenida a los recién llegados. Gracias a mejores efectos especiales, los muertos de “Zombi 2” superan a los de “Dawn of the dead” en furia carnicera. Putrefactos, agusanados y emergiendo de la tierra, en “Zombi 2” tenemos muertos de antología, quizá entre los más terroríficos del cine. Aunque muchos de ellos, inevitable ajuste del presupuesto, son extras de cara blanca y pintura roja derramándose de sus bocas.
El cine de Fulci se interesa más por montar espectáculos sangrientos que por narrar historias. En “Zombi 2”, como en muchas de sus películas, las líneas de diálogo suelen ser simplemente instantes de respiro para el público, momentos en los que un desnudo gratuito nunca viene mal. La expectativa está en el grado de retorcimiento de la siguiente escena de muerte. Al servicio del morbo, Fulci hace uso agresivo de la cámara, con acercamientos veloces hacia el centro de repugnancia. “Zombi 2” tiene dos momentos muy recordados: el forcejeo entre un tiburón y un zombie en el fondo del mar (con una mujer nadando en topless cerca de ahí), con un brazo cercenado como saldo, y, más infame aún, la escena del ojo reventado. Horrible momento cumbre del cine de lo horrible.
Artículos relacionados:
Hace meses escribí sobre otro clásico de zombies
"The Return of the Living Dead" (1985)
en "El regreso de los zombies nostálgicos"
La primera película gore de la historia "Blood Feast" (1963)
fue reportada en "Filmada con el color de la sangre"
8 comentarios:
¡Magnífico blog!
¿A ver que te parece éste:
http://amputaciones.blogspot.com?
La escena de la chica bajo el agua es de antología, y la mejor muestra del humor de Fulci. Cuando la ronda un tiburón y se pone a resguardo entre unas plantas marinas... donde hay un zombie. Otra cosa, la belleza heterodoxa de las mujeres en sus películas.
Impresionante la foto. Estoy introducienme en el mundo del gore por curiosidad. He visto hace poco Necromantic y está muy lograda. Como siempre el blog sigue muy bueno.
Un placer haber leído este post. Mis favoritas de Fulci son El Más Allá, Miedo en la ciudad... y Siete notas en negro.
Un saludo!!
Pero qué grande que era Fulci, coño.
Inclasificable Fulci ;P. Aunque puestos a elegir "escenas de ojos" me quedo con Argento y "Terror en la Opera" o como conseguir que tu víctima no cierre los ojos y observe como matas gente y ¡ojo con las mirillas de las puertas!...
Que recuerde, el zombie mata a mordiscos al tiburón, y eso era un guiño de Fulci a "La espia que me amo" del 007 con Roger Moore,eso hizo el villano "Mandibulas", mira hasta donde iba el frikismo de Fulci, je, je, je.
¡Oiga si! ¡Tisa Farrow es la hermana de Mia! ¿COMO NO ME HABIA DADO CUENTA? ...
Pues a mi en realidad, "Zombi 2" me gusto, no me parecio tan absurda, aunque si debo confesar un poco risible en momento, pero la escena delo ojo me parecio muy bien hecha, de hecho, me recordo mucho a una tensionante escena de una película de Argento llamada "L´Uccelo dalle piume d´ Cristallo" de años atras ... bueno, solamente que ahi no le sacan el ojo a nadie; pero muchos comparan esta escena como la mas famosa despues de "Un Chien Andalou" ... Y sinceramente no lo niego. A pesar de eso, me parece que "L´Aldilà" no ofrece un espectaculo tan SANGRIENTO, de hecho de las pocas pelis que me he visto de Fulci es "Zombi 2" la que menos me parece sangrienta. Eso si "La Angustia del Silencio" o "No torturen al patito" como dices se ve buena tambien.
¡Que placer es leerte! ¡Me encanta tu forma de escirbir!
¡Saludos desde Colombia!
Criss Cross
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