La metamorfosis

Da la casualidad que mientras escribo en los cines se proyecta un blockbuster llamado “Iron Man”. Quizá sea superflua la coincidencia, la película hallada también alude en el título la naturaleza metálica de su protagonista. ¿Qué se puede esperar de “hombres de hierro”? Tengo entendido, según el tráiler, que en “Iron Man” (2008), ser “de hierro” es estar en la última moda en armamento, controlar el poder que otorga una superarmadura. Ejemplos mucho menos literales se encontrarán si fundimos el hierro con virtudes como la valentía y la firmeza, pero tampoco es este el caso. En ambas figuras, hierro es símbolo de poder. En la japonesa “Tetsuo, the Iron Man” (1989), el metal es metafórico y al mismo tiempo dolorosamente literal. Es la conversión sufriente de un hombre en una mounstrocidad metalúrgica. Los tempranos futuristas nunca imaginaron que su optimista canto al progreso y la máquina podía derivar, con los años, en una exaltación tan insana como esta. Desechos de revoluciones industriales atacando organismos humanos como un cáncer, transformando hombres en chatarra.

A “Tetsuo, the Iron Man”, una vez vista en Occidente, se le atribuyó un fascinante parentesco con el cine de Lynch y Cronenberg. Por un lado está aquella dramatización de la pesadilla que nos recuerda a “Eraserhead” de Lynch, y la fusión orgásmica y mortal entre lo orgánico y lo tecnológico, frecuente en Cronenberg. Pero a pesar de estas posibles referencias, el director Shinya Tsukamoto optó por su propio camino, de alta velocidad. “Tetsuo, the Iron Man” es un viaje vertiginoso y angustiante, donde sólo después de sus 67 minutos hay tiempo para retomar aliento. Tsukamoto tiene más de artista plástico que de narrador. Casi no escribe diálogos pero tampoco los necesita, “Tetsuo, the Iron Man” se expresa mediante la metamorfosis de su protagonista, ilustrada con técnicas de animación artesanales, escultura y maquillaje. Todo bajo el influjo del manga y las kaijū eiga, el cine japonés de monstruos.

Como suele pasar con las películas ahora consideradas “de culto”, “Tetsuo” es resultado de una obsesión. Su director empujó el proyecto por varios años, ajustado a presupuestos mínimos y bajo el riesgo de su propia productora subterránea, Kaijyu Theater (Teatro de monstruos). Tsukamoto asume casi todas las funciones: efectos especiales, guión, edición, dirección y hasta encarna a uno de los personajes. “De esa forma, no hay nadie más a quien culpar..”, afirmó en una entrevista.

¿Quién más próximo en convertirse en una máquina que un salaryman japonés? Un hombrecillo de traje y maletín que atropella casualmente al “fetichista del metal” (personaje interpretado por Tsukamoto), que antes hemos visto abrirse una herida en la pierna para insertarse una vara metálica. Al encontrar su herida invadida por gusanos (otra película incompatible con comestibles), corre en pánico hasta que es arrollado. La mañana siguiente, el empleado, después de afeitarse, encuentra una pequeña punta de metal saliendo de su mejilla. En la estación del subterráneo, una mujer poseída por un bicho robótico, controlado por el “fetichista del metal”, lo persigue con una garra de puas y cables. Más tarde (aunque en esta pesadilla el tiempo no parece poder medirse), mientras cena con su mujer, del cuerpo del empleado brotan violentamente ramificaciones metálicas. Con gran dolor, le sale un pene gigantesco en forma de taladro que destruye la mesa (de esas que son bajitas, es un cena japonesa). Las convulsiones continúan atormentándolo y su cuerpo se va cubriendo más de una gruesa costra de chatarra. Los hechos siguientes son insólitos, comienza una lucha violentísima entre la pareja donde la potencia del pene-taladro se pone en funcionamiento. Luego, cada vez más una informe masa de fierros, inhumano, salvo por un resquicio donde se asoma un retazo de su rostro, el salaryman se topa con el “fetichista del metal”. Luchan, se persiguen por los barrios de Tokio a toda velocidad, el otro comienza su metamorfosis y ambos terminan fusionados. Una montaña de residuos metálicos que decide propagar su mal por todas partes.


Además de su atmósfera insana y un ritmo que abofetea a los espectadores, “Tetsuo” tiene una fijación con la idea del dolor. El padecimiento del cuerpo, desgarrado por el metal que brota de su interior, es una constante plasmada en convulsiones, erupciones y gemidos agónicos. Tsukamoto, que suele deleitarse poniendo a sus personajes ante dolores extremos, explica que su interés es denunciar el distanciamiento entre el cuerpo y la mente en las sociedades tecnológicas. “El cuerpo ya no sirve para nada. Es como estar atrapado en un sueño. Y en un sueño, no sientes dolor real. Te olvidas que estás vivo. Así que, para poder darte cuenta que sigues vivo y no estás en un sueño, el dolor ayuda mucho”.

Como su protagonista, “Tetsuo” también es un conglomerado de “residuos culturales”. Reúne la desobediencia del “video arte”, la narración anfetamínica del manga, la monstrocidad plástica de las películas de Godzilla y la disonancia de la música electrónica. “Tetsuo” acude a estos refugios adolescentes para crear la peor pesadilla de la vida adulta.


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Cómo conseguirla:
Vi esta película en DVD
pero la he ubicado también en el Emule
está doblada al español.

Para descargar película:
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8 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente!! Esta es una de mis peliculas favoritas. Ha dado para muchas interpretaciones por parte de mis amigos, yo en lo personal me quedo con la historia tal cual vos la narras.
Has visto Una Serpiente de Junio? Tambien de Tsukamoto. Es una obra mucho más narrativa pero igual con eso elementos propios de su trabajo, altamente recomendable.

BUDOKAN dijo...

Hola, muy ingenioso este post recordándonos quién es el verdadero hombre de acero del cine. Saludos!

ramonkarlos dijo...

Hace años me ví, fumadísimo, Tetsuo y Tetsuo II seguidas en un festival. Craso error.

Hernán dijo...

Muy buen post!! En mi blog escribí una pequeña nota sobre Iron Man en la que también hacía referencia a la locura del film de Tsukamoto, aunque, por supuesto, aquellas pocas líneas poco y nada profundizaban sobre el film japonés como lo hace tu artículo. Sin emabargo, ahora que lo pienso, es muy poco lo que podría objetar acerca de Iron Man (2008), ya que me agradó y me sorprendió bastante.
Saludos!
Hernán.

Oscar Pita Grandi dijo...

Esta no la conocía. Me parece un buen referente para entablar cierto paralelismo con la del 2008.

Nos vemos.

Nelson, un habitante del patio dijo...

Interesante película la que comenta Andrés. Había escuchado de su banda sonora. Los japoneses tienen mucho que decir en ciencia ficción, así que le vamos a seguir la pista a este film.

Saludos,

Anónimo dijo...

es verdad
recien ahora despues de ller el post asocio a las dos peliculas
muy buena la original

Anónimo dijo...

Hola
Ví Tetsuo hace poco y me pareció alucinante. Esa obsesión por mostrar el dolor, el uso de imagenes y música de videoclip y la escena con la chica donde ella lo penetra y después él hace lo propio con su "taladro" me pareció de lo más loco!.
Gran descubrimiento, gracias por pasármela.
Suerte!