Monterey Pop: gente en movimiento

“Monterey Pop” es consecuencia de la apoteosis del movimiento hippie. Ocurrido entre junio y septiembre de 1967, en la costa oeste de Estados Unidos, fue el llamado “summer of love”. Por ese tiempo el poder de la flor mostró su máximo colorido y aroma. Hordas de simpatizantes de otras ciudades se aglomeraron en San Francisco, la cuna de los hippies, para experimentar un estilo de vida totalmente diferente. Cuando el verano acabó muchos regresaron a casa llevándose consigo las revelaciones del amor, la paz y la marihuana. Los zarrapastrosos, entonces, dirían los de derecha, se multiplicaban por todo el país. La industria del cine, por su parte, no podía quedarse de brazos cruzados frente a este naciente y melenudo público, contrario a la Guerra de Vietnam. La contracultura hippie comenzaba a figurar en las grandes pantallas para su mayor exaltación. El documental “Monterey Pop” fue pionero en hacer de la juventud hippie objeto de fascinación cinematográfica. Preparó el camino para que después “Woodstock” (1970) se lleve la gloria de ser la película hippie por excelencia.

El Festival de Monterey fue el primer, y quizá el único, ejercicio totalmente exitoso de la “utopía hippie” a nivel masivo. Demostraron que era posible congregar a miles bajo las banderas de la tolerancia, el repudio a la guerra y la adoración al rock, sin tener que lamentar algún incidente durante la convivencia. Algo importante ya que por esos años la policía ponía mil y un reparos a eventos como este, y en especial, si se trataba de gente poco amiga del jabón. El festival terminó las tres jornadas sin muertes por sobredosis, lo que terminó de asegurar el prestigio de la experiencia. Prestigio basado principalmente en la gran calidad de las presentaciones, algunas de ellas son ahora efemérides de la historia del rock, como la incineración de la guitarra por Jimi Hendrix o la perfomance de Janis Joplin, que la lanzaría a la fama sólo para acelerar la destrucción de su ser sufriente. Otra distinción que se lleva Monterey es haber sido el primer festival de rock a beneficio. Los músicos tocaron gratis, excepto Ravi Shankar que cobró, no por gusto se viaja desde la India. El material fílmico y las grabaciones siguen rindiendo dinero, cuarenta años después, para una fundación sin fines de lucro.

Como a nosotros todo esto sólo nos consta por los registros fílmicos, si “Monterey Pop” no fuera tan buen documental el festival habría sido poco menos que olvidado. El responsable de esto es D. A. Pennebaker, un director que había sobresalido poco antes con “Don´t Look Back” (1967), un documental sobre la primera gira de Bob Dylan en Inglaterra. En “Don´t Look Back”, D. A. Pennebaker practicaba un estilo, por ese entonces novedoso, donde el personaje era retratado a través de sus propias acciones, discretamente registrado por una cámara en mano, sin intervención de entrevistas y narraciones. Hablamos del Cine Directo que tuvo en D. A. Pennebaker a uno de sus pioneros. El Direct Cinema propugnaba un tipo de documental que registrara la realidad con la menor alteración posible, donde la cámara no fuera una intrusa sino un ojo asomándose por la cerradura. El gran éxito de “Don´t Look Back” (1967), junto con la imagen ya legendaria de Bob Dylan, introdujo a D. A. Pennebaker en el mundo del rock. Era la elección obvia cuando los organizadores pensaron en un cineasta que registre el festival.

El público es tan importante como las estrellas sobre el escenario. Pennebaker se distrae constantemente con rostros y reacciones que encuentra entre la masa. Gente que no se sabe observada, comunicando su estado de ánimo de la manera más sutil. Por momentos el público se vuelve protagónico, y el documental se entretiene con la juventud de sus rostros, su vestimenta y sus gestos mínimos de bienestar. El retrato más optimista de una generación prometedora… pensar que ahora todos ellos deben estar tan viejos.

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4 comentarios:
Esta me la apunto!!!!
saludos!!!
Tremendo dato! Esta pasa al estante de "documentos" de la historia del cine.
La bajé hace unos dias de emule... No se ve tan mal, jejejeje...
Aun no la he podido ver... Apenas la vea te doy mi opinion Andres, que estés muy bien
Alma
Excelente película. Aprovecho para felicitarte y agradecerte por tu esfuerzo. Una pregunta: ¿Sabes cuándo se estrenó Woodstock en Lima? Recuerdo haberla visto en la entrañable cazuela del Orrantia. Gracias nuevamente. Saludos. Pedro
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